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Superando las barreras en el proceso de la comunicación

febrero 2, 2024
Comunicación Efectiva

Los seres humanos somos seres sociales. No hay vuelta que darle a eso. Y para serlo, disfrutarlo y sacarle todo el provecho, la clave es la comunicación. Tanto en la vida personal como en la vida profesional, se trata de un área que todos debemos considerar y trabajar, para impulsar los mejores resultados y compartir con armonía y claridad en un mundo cada vez más complejo. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando esto no sucede? ¿Qué son las barreras de comunicación que, cuando aparecen, impiden que todo proceso sea fluido? ¿Qué podemos hacer cuando las identificamos, para volver a la calma?

En este artículo buscamos profundizar en este tema, y ofrecer algunos consejos útiles para superar las barreras y lograr una comunicación efectiva.

Profundicemos sobre la comunicación

La comunicación es un proceso fundamental para la interacción entre individuos, grupos o entidades. Se refiere a la transmisión y recepción de información, ideas, emociones o mensajes entre dos o más partes. Este proceso implica la creación y el intercambio de significados a través de diversos medios, que pueden ser verbales o no verbales.

Algunos elementos clave de la comunicación incluyen:

  1. Emisor: La persona o entidad que origina el mensaje.
  2. Receptor: La persona o entidad que recibe el mensaje.
  3. Mensaje: La información o idea que se transmite.
  4. Canal: El medio a través del cual se envía el mensaje, como el habla, la escritura, gestos, etc.
  5. Contexto: El entorno o situación en la que se produce la comunicación.
  6. Feedback: La respuesta o reacción del receptor al mensaje.
  7. Ruido: Cualquier interferencia que pueda afectar la transmisión o recepción del mensaje.

La comunicación puede ser verbal, involucrando palabras habladas o escritas, o no verbal, a través de gestos, expresiones faciales, y otros elementos no lingüísticos. También puede ser formal o informal, dependiendo del contexto y el propósito.

Qué se necesita para una comunicación efectiva

Una comunicación efectiva, en todas las áreas de tu vida -familiar, de pareja, profesional, etc.- te dará la tranquilidad que necesitas para ocuparte de lo importante, de una manera saludable. Para lograrla, es importante cambiar el chip que traemos de la comunicación tradicional en la que solo identificábamos a un emisor, un mensaje y un receptor.

Una comunicación efectiva implica no solo transmitir información de manera clara, sino también asegurarse de que el receptor comprenda y, cuando es necesario, responda al mensaje. Además, la comunicación exitosa implica la consideración del contexto, la empatía y la adaptabilidad al público o receptor.

Existen algunos elementos clave que te pueden ayudar para llevar adelante una comunicación efectiva. La claridad en el mensaje, por ejemplo, es fundamental. Expresar tus ideas de manera clara y concisa, evitando utilizar palabras complicadas o lenguaje técnico innecesario. La escucha activa, tan mencionada en la actualidad, es otro factor que tiene un impacto súper importante. Se trata de poner atención en lo que la otra persona está diciendo, evitando interrumpir, e intentando profundizar para comprender y empatizar (comprender las emociones y perspectivas de la otra persona).

Al incorporar este tipo de elementos, puedes mejorar significativamente tu habilidad para comunicarte de manera efectiva. Recuerda que la comunicación es un proceso bidireccional, y tanto el emisor como el receptor juegan un papel importante en su éxito.

Barreras comunes en la comunicación

Las barreras de comunicación son obstáculos o interferencias que surgen durante el proceso de transmisión y recepción de mensajes, dificultando la comprensión efectiva entre el emisor y el receptor. Estas barreras pueden manifestarse en diversas formas, como problemas lingüísticos, diferencias culturales, interferencias físicas o emocionales, y malentendidos perceptuales. Su presencia puede distorsionar la información, debilitar la claridad del mensaje y afectar la calidad de la comunicación. Identificar y superar estas barreras es crucial para garantizar que el mensaje se transmita de manera precisa y que la comunicación sea efectiva. Esto implica la necesidad de conciencia, adaptabilidad y esfuerzos constantes para fomentar una comunicación abierta y comprensiva.

Algunos ejemplos de barreras de comunicación

Existen diversas barreras que pueden obstaculizar la comunicación efectiva. Algunas barreras comunes, incluyen:

  1. Lingüísticas: Diferencias en el lenguaje, jergas o dialectos que pueden dificultar la comprensión.
  2. Físicas: Distancias geográficas, ruido ambiental o problemas técnicos en la transmisión de mensajes pueden generar interferencias.
  3. Psicológicas: Prejuicios, estereotipos, percepciones erróneas y diferencias en la interpretación de símbolos pueden afectar la comunicación.
  4. Emocionales: Emociones intensas, como el enojo o la tristeza, pueden distorsionar la interpretación de mensajes.
  5. Sociales y Culturales: Diferencias culturales, normas sociales y expectativas pueden generar malentendidos.
  6. De Percepción: Diferencias en la forma en que las personas perciben la realidad pueden influir en cómo interpretan los mensajes.
  7. Semánticas: Uso de palabras ambiguas, significados múltiples o falta de claridad en la expresión pueden causar confusiones.
  8. De Género: Diferencias en el estilo de comunicación entre géneros pueden generar malentendidos.
  9. De Estilo: Diferencias en el estilo de comunicación, como ser demasiado técnico o demasiado vago, pueden dificultar la comprensión.
  10. Organizacionales: Estructuras organizativas rígidas, falta de canales de comunicación efectivos o una cultura que desaliente la expresión pueden ser barreras.

Reconocer y superar estas barreras es esencial para lograr una comunicación efectiva en diversos contextos. La conciencia y la adaptabilidad son clave para mitigar estos obstáculos y fomentar la comprensión mutua.

Mejores prácticas para sortear las barreras de comunicación

Trabajar en una comunicación efectiva te traerá beneficios y sorpresas en los diferentes aspectos de tu vida. Por eso, te compartimos algunas recomendaciones que estamos convencidos de que impactarán directamente en tu desempeño. Eso sí, ten en cuenta que requiere de práctica y compromiso de tu parte.

Desarrolla habilidades de escucha activa

La escucha activa implica dejar de escuchar al otro desde tu subjetividad absoluta. Sabemos que es muy difícil, pero el objetivo aquí es escuchar al otro, ofreciéndole el 100% de nuestra atención. ¿Qué quiere decir? Escucharlo con cuerpo, mente y alma… escucharlo completo. Implica dejar de lado los pensamientos rumiantes y paralelos que «naturalmente» tenemos al escuchar a otro. Es también tener ser muy conscientes de escuchar para recibir al otro, y no para responderle, mostrando interés genuino con la intención de conocer mejor su perspectiva y sus puntos de vista.

Puedes encontrar más información e incluso un curso para mejorar tu escuchar activa, aquí.

Utiliza un lenguaje claro y conciso

Si eres quien está emitiendo el mensaje, esfuérzate por utilizar el lenguaje adecuado y no dar demasiadas vueltas para transmitir lo importante. Presta atención a los signos que tu receptor te da, para identificar si te está comprendiendo o no. Consúltale si requiere ejemplos, y siempre pregúntale si ha comprendido al finalizar (esto es clave, sobre todo, ¡en la comunicación con niños!).

Adáptate al receptor

Tener en cuenta las características y necesidades del receptor de tu mensaje, es clave. ¿Se trata de un perfil profesional? ¿Debes hacer referencia a tus sentimientos? Ten presente que es importante adaptar tu mensaje al receptor. ¿Qué edad tiene? ¿Qué lenguaje maneja? Elige el tono adecuado y piensa si debes utilizar lenguaje técnico, o específico… o si será contraproducente. Si te comunicas con la intención de que te comprendan, pensar en el receptor antes de comunicarte es clave.

Utiliza los medios de comunicación adecuados

Para lograr una comunicación efectiva, es esencial seleccionar los medios de comunicación apropiados para transmitir tu mensaje. Evalúa la naturaleza y el propósito de la información que deseas comunicar, así como las preferencias y características de tu audiencia. ¿Es más adecuado un correo electrónico formal o un mensaje instantáneo para una comunicación rápida? ¿Tu mensaje se beneficiaría más de una presentación visual o de una explicación detallada en un informe escrito? Considerar estas preguntas te ayudará a elegir el canal de comunicación más eficiente y relevante, aumentando las posibilidades de que tu mensaje sea recibido y comprendido de manera óptima. Recuerda que la elección del medio puede marcar la diferencia entre una comunicación exitosa y posibles malentendidos.

Practica la empatía y la asertividad

La empatía y la asertividad son componentes cruciales para fomentar una comunicación efectiva. La empatía implica comprender y compartir los sentimientos de los demás, cultivando una conexión genuina. Al ponerse en el lugar del interlocutor, se construye un puente de comprensión, reduciendo malentendidos y fortaleciendo las relaciones.

La asertividad, por otro lado, implica expresar tus ideas y necesidades de manera clara y respetuosa. No se trata solo de hablar, sino de comunicarse con honestidad y firmeza, sin ser agresivo ni pasivo. Practicar la asertividad contribuye a evitar malentendidos y a construir una comunicación basada en la transparencia y el respeto mutuo. Al combinar empatía y asertividad, se crea un entorno comunicativo sólido, promoviendo relaciones saludables y entendimiento mutuo.

En conclusión, en la comunicación efectiva yace el poder de construir puentes, derribar barreras y cultivar conexiones genuinas. Cada palabra pronunciada es una oportunidad para inspirar, entender y fortalecer lazos que perduran. Trabajar en las barreras de la comunicación te dará poder e impulsará la comunicación efectiva ofreciéndote resultados invaluables en tus vínculos, en las diferentes áreas de tu vida.