Un proyecto de vida es un plan o una estrategia que se diseña para lograr metas u objetivos específicos a lo largo del tiempo. El proyecto de vida se estipula siempre basándonos en nuestros deseos y nuestros recursos. Es decir: lo que tenemos hoy, lo que podemos lograr con ello, lo que queremos tener y lo que necesitamos para obtenerlo. Así pues, debemos ser conscientes de nuestras virtudes, defectos y limitaciones para poder desarrollar un proyecto de vida real.
Es importante resaltar que el proyecto de vida tiene la finalidad de que hagamos lo que nos gustaría, y hacer lo que deseamos tiene la finalidad de que seamos felices.
Todo proyecto de vida puede ser modificado en el tiempo. Sabemos que a medida que crecemos, nuestros intereses cambian y todo nuestro ser se transforma. Si bien todo proyecto tiene una meta, la finalidad es acercarnos a la plenitud y no aferrarnos a la meta fijada en determinado momento.
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¿Cómo hacer un proyecto de vida?
Muchas veces hablar de proyecto de vida asusta mucho. Sin duda, suena a algo grande, misterioso, incontrolable. Sin embargo, cuando empezamos a conformar uno, podemos ver que, si desglosamos algunos puntos, empieza a cambiar de color.
El proyecto de vida incluye muchos aspectos y diferentes ámbitos. Lo que puedes hacer, si te sientes asfixiado con la idea de atacar todos al mismo tiempo, es segmentarlo. Elige un aspecto de tu vida, y trabaja en él. Y, una vez que lo tengas, súmale otro. Con el tiempo, verás que todos están relacionados. Sin embargo, vale la pena empezar de a poco. Y saborea del proceso. Verás además que descubrirás cosas sobre ti que no sabías que existían.
Cuando decidas crear tu plan de vida, te invitamos a hacerlo a través de 3 preguntas esenciales:
- ¿Para qué lo hago?
- ¿En dónde me encuentro actualmente, y cómo me siento?
- ¿En dónde me gustaría estar?
¿Para qué lo hago?
Estamos mal acostumbrados en la vida a buscar la respuesta del «por qué» para todo. En esta ocasión, te invitamos a modificar la pregunta: ¿para qué quiero crear un plan de vida?
Tómate un buen rato para dejar que salgan de ti todas las respuestas posibles, sin eliminar ninguna. Toma nota de ellas en una hoja para liberar espacio en tu mente. El «para qué» trae nuestra energía al presente, y nos permite proyectar a futuro. El «por qué», en cambio, nos ancla en el pasado. Así que, recuerda: ¿para qué hago esto que estoy haciendo?
¿En dónde me encuentro actualmente, y cómo me siento?
Es momento de mirar con honestidad tu momento presente. Toma otra hoja y pon de título la pregunta de esta sección. Debajo, comienza a desglosar todo lo que tienes, no solo a nivel material, sino también en relación a tus habilidades, tus conocimientos, tus emociones, tu espiritualidad. Todos los aspectos son importantes. Recuerda que el mayor objetivo del plan de vida es acercarte a la plenitud y a conectar con el disfrute de la vida. No quieres que todo sea exigencia, sino todo lo contrario. Estamos aquí para disfrutar también, ¿verdad?
Esta lista te permitirá ser consciente de con qué vas a empezar y, con este conocimiento, podrás definir metas realistas. Al finalizar la lista, te invitamos a que respondas a la pregunta: ¿cómo me siento con esto que soy actualmente? Recuerda: responde sin filtros. En este ejercicio, también te estás conociendo.
¿En dónde me gustaría estar?
Una vez que defines qué tienes en el ahora, puedes definir una meta de corto, mediano o largo plazo que sea plausible con tu presente. Así pues, es muy poco realista desear ser millonario cuando se tienen 45 años y se es desempleado.
Permítete definir metas tangibles (quiero tener una casa, por ejemplo), y metas intangibles (quiero sentirme de determinada manera). Así mismo, intenta poner fechas. Ten presente que estas metas serán tu guía y tu norte. A partir de ellas, podrás tomar decisiones en tu vida: ¿la decisión que debo tomar hoy me acerca o me aleja de mi meta?
Una vez que contestadas estas preguntas, puedes proseguir considerando lo siguiente:
- Identifica las prioridades, qué es lo que más interesa. Puedes darle una calificación del 1 al 10.
- Enfoca tu objetivo y revisa todos los pasos a seguir para poder llegar a él.
- Revisa tus avances una vez que inicies, esto hará que te sientas estimulado a seguir y evaluar lo que estás haciendo bien o mal. Recuerda que puedes realizar ajustes en cada parte del camino.
- Adapta tus planes a los hechos externos. Sabemos que no podemos tener control de todo lo que pasa, así que necesitarás ser tolerante a la frustración y al cambio para poder alcanzar tu meta.
Mi proyecto de vida
El proyecto de vida está condicionado por tus expectativas de vida que se definen por los valores que te enseñaron desde niño y las prioridades que quieres establecer.
Un proyecto de vida puede iniciarse a la edad que sea, siempre y cuando se haya reflexionado lo que en verdad se quiere. Algunos pueden iniciarlo desde muy jóvenes, definiendo metas escolares, por ejemplo, mientras que otros pueden iniciarlos ya tarde, cuando necesitan dar orden o sentido a nuevos caminos de vida. Así mismo, y como mencionamos con anterioridad, el proyecto de vida puede ir teniendo giros y transformaciones con el tiempo. Lo importante, es ser conscientes y no perder de vista el lugar al que queremos llegar.
Para poder establecer de manera real un proyecto de vida, es necesario el autoconocimiento profundo o por lo menos suficiente para conocer tus virtudes y defectos, así como las limitaciones que te definen. Sabiendo esto, será más fácil trazar un plan de acción para llegar a tus objetivos.
Hay que tener en cuenta que un proyecto de vida brinda sentido al presente y dota de importancia a las elecciones del pasado.
Ejemplos de proyecto de vida
Todos, en menor o mayor medida, hemos establecido algún proyecto de vida sin saberlo. Algunos ejemplos, son:
Terminar la carrera universitaria
Desde que terminamos la educación media superior podemos emprender un viaje hacia el ingreso a la universidad. Cuando hacemos eso, tenemos que revisar fechas de inscripciones, envío de papeles, estudiar y aplicar al examen de admisión, revisar resultados, presentarnos durante años a las clases, cumpliendo con los trabajos necesarios para poder hacer la tesis, el servicio social y, finalmente, titularnos.
Esto se considera un proyecto de vida a mediano plazo.
Comprar una casa
Comprar una casa se clasifica como un proyecto de vida a largo plazo, ya que requerirá (en la mayoría de los casos) de más de 10 años para conseguirlo.
Podemos iniciar este plan de vida visualizando en dónde nos gustaría vivir y cómo sería nuestra casa. Una vez realizado eso, tendremos que empezar a ahorrar y buscar formas de financiamiento con el banco o instituciones de gobierno. Revisaremos tasas de interés y podremos empezar a pagar un lugar durante los próximos 25 o 30 años.
Cuando por fin terminamos de pagar una casa, revisamos que todos los documentos estén orden y podemos pensar en mejoras.
Tener una familia
Una familia puede ser un proyecto de vida de mediano o largo plazo, según lo que cada persona desee. Cuando se imagina tener un compañero/a de vida, será necesario tener la disposición de conocer a gente nueva y ser sincero sobre las intenciones que se tienen. Asimismo, una vez que se elige a una pareja, se debe conocer a fondo y decidir mudarse juntos. También es posible desarrollar la idea de tener hijos, lo cual implica la planeación financiera y psicológica que eso implica.
Tener familia es un plan de vida complejo que muchos tienen en su lista.
¿Cómo te sientes para comenzar a pensar y sentir tu proyecto de vida? Recuerda que seguramente te llevará tiempo y, en el camino, descubras aspectos de tu ser que no conocías. No te asustes. Sé amable contigo y continúa el camino. ¡Verás que lo vale!
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